sábado, 24 de marzo de 2012

"Ya fué" las pelotas

Me pregunto si vale la pena estar distanciadas, qué pasaría si descubrimos que no había tanto tiempo para algún día reconciliarnos como lo imaginábamos, si nos damos cuenta tarde de que fuimos unas tontas.

Me respondo que no es mi culpa, que ella no me dejó acompañarla y eligió exiliarse del mundo, que yo no decido sobre la vida de nadie y cada uno se construye con las decisiones que toma. Que más de lo que dí no pude haber dado porque estuve hasta el último momento que ella me permitió, incluso en aquellos momentos que la engullía la angustia y se ocultaba, avergonzada. También estaba buscándola, hablándole, consolándola. Se abría conmigo, se deshacía en llantos de agradecimientos y disculpas. Prometía cambiar, crecer, afrontar sus problemas.

Después se desentendía nuevamente de sus afectos, no contestaba llamadas ni mensajes, inventaba excusas, mentía, incluso un par de veces que habíamos arreglado de vernos se hizo la boluda y se borró. Y al cabo de unas semanas volvía con las mismas historias y el ciclo se repetía: cuelgue-crisis-arrepentimiento-agradecimiento excesivo. Éramos mejores amigas hacía años y yo la conocía mejor que nadie, caso contrario, me hubiese dado media vuelta y que se joda. Se fue quedando sola, después de todo, ¿quién más iba a aguantar semejantes desplantes?

Llegó el día de mi cumpleaños, ella iba a pasar por casa a eso de las 4. Nunca vino. Esta vez no le mandé mensaje pidiéndole explicaciones, intentando saber qué le pasaba. No me interesaba escuchar sus excusas pedorras porque con esto ya se había ido al carajo, no soy de goma y estaba muy dolida. Me dí cuenta que gastar energías en ella era inútil, pero guardaba la esperanza de que ella se aparezca por su cuenta con unas disculpas creíbles. Eso nunca sucedió.

Entendí que a la piba no la íba a poder ayudar nunca a no ser que ella realmente quisiera estar mejor, y me rendí con todo el rollo de la conflictiva y la salvadora.

Finalmente optó por expulsar a todos sus seres queridos de su msn, facebook, celular, de toda su vida convulsionada, como una cobarde que huye, sin siquiera dar explicaciones. No pudiendo ver más allá de sus propias necesidades. Cagándose en los demás.

Varios meses después me llegó un mensaje de ella, excusándose de que no le andaba el celular y le habían hakeado el mail y el facebook y no sé que otras mentiras infantiles más, diciéndome que quería hablar.
En primer lugar, yo estaba mal porque había fallecido un familiar y no tenía tiempo ni energía para estas caradureces. En segundo lugar, si ya encaraba el tema con mentiras, íbamos mal. Siempre me molestó su incapacidad de hacerse cargo y poner las cartas sobre la mesa. Y en tercer lugar, no tenía ganas de comprenderla y ayudarla a cargar con su carretilla de problemas otra vez más.
El show de la pena me tenía las pelotas por el piso y era la única situación posible con ella. Ella la víctima arrepentida, yo la comprensiva. O podría haber surgido la variante de yo la malvada insensible y ella multiplicaría su condición de víctima por 4. Le respondí porque soy educada, diciéndole que íbamos a hablar cuando yo tenga el tiempo y las ganas. Hasta ahora nunca las tuve y esto pasó el año pasado.

Sigue estando en cualquiera, me han contado. Y aún así la extraño. La piba no está bien de la cabeza. No es una loca linda, es una loca de mierda que suele tomar malas decisiones y siempre (siempre) la caga. Pero la perdono por estar tan perturbada al punto de no saber para dónde agarrar. Perdono el pasado sin que me lo pida, porque la quiero mucho, y qué puedo hacer con eso?.

Y hasta flashié enterrar todo lo sucedido, como que no pasó nada, y mandarle un mail que diga "Bombona mía, a la mierda todo, juntémonos una tarde en la semana y pongamos reggaeton, perriemos a lo bestia, tomemos chocolatada con galletitas amor, vayamos a comprar jamón a escondidas y coronemos la noche con unas pizzas con gaseosa -light para vos, como a vos te gusta y normal para mi- y no hace falta hablar del pasado, charlemos de superficialidades, riamos de estupideces. Me quedo a dormir y hagámos uno de esos campeonatos que los demás considerarían asquerosos pero son super divertidos a nuestro parecer, leamos las cosmopólitan, cantemos, pelotudiemos y dame muchos de esos abrazos que son irremplazables".

Y que viva el presente, loco. Cagarme en la teoría de las relaciones sanas, porque la vida es locura. Y si tan mal nos hacemos, el tiempo hará lo suyo una vez más. No hablo de amistad por los siglos de los siglos. Decirle: "No me expliques tus motivos ni me tildes de amiga de oro, no espero nada de vos. Mirá que fácil te lo pongo. Una tarde. Querés otra? Otra tarde más. Así tranquilito, sin sobreanalizarlo y sin compromisos que sé que no estás en condiciones de asumir porque no podés ni con tu vida. Hacés lo que podés, lo que te sale, el camino que duela menos, lo que podés tolerar. Te propongo hacer las cosas de esta forma que es muy diferente, y si no funciona y alguna se satura y nos volvemos a lastimar, entonces chau otra vez y suerte en tu vida"

Sostengo lo que dije al principio, yo no decido sobre la vida de nadie pero sí elijo qué decisiones tomar en la mía, y elijo que de mi parte esta amistad no se terminó.
Es que es tanto lo que nos une que no voy a dejarla ir en estas condiciones, porque sé que nos quedan más cosas por vivir y no las pienso resignar. No sin antes haberlo dado todo.



1 comentario:

  1. Y que viva el presente, loco. Cagarme en la teoría de las relaciones sanas, porque la vida es locura. Y si tan mal nos hacemos, el tiempo hará lo suyo una vez más.


    La definición perfecta de la amistad. Sos una dulce bombona, ojala funcione todo.

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