domingo, 8 de abril de 2012

Y de repente no hay nada.
No hay más pelo largo, lo amputé shhk shhk
no hay más reflejos dorados de princesa, dejé que la rubia se escurra
no hay más facultad, deserté y me entregué a la riesgosa aventura de mi vocación
parece que tampoco habrá laburo inmediato, no me llamaron, ja!
no hay más viejas amigas, se asustaron y se jueron
no hay más muchachitos, le dije que no me interesan señor.

Respiré tan profundo como pude para llegar a mi parte más honda, y ahora pa dónde vamos?

sábado, 7 de abril de 2012

Cruda

Hago formas con las manos, sombras, juego a combinar palabritas, observo las luces. Tengo una fascinación con las luces. Me encanta ver una luz tiñiendo un objeto que está próximo. Amo cuando hablo con alguien y la luz le da sólo en una mitad de la cara y se hace sombra con la nariz. Sobre todo me gustan las luces naranjas y amarillas. Me emociono cuando anochese al aire libre y la piel de la gente y la mía se empieza a poner azul. Y no es azul, pero se adivina un azul, amaga. Está y a la vez no está. Pero juro que sí está. Cuando anochese cambian todos los colores y aunque todo es mas gris, yo lo encuentro bello, estimulante. Me dispara una sensación de felicidad que me golpea el pecho y me pongo hippie. Flasheo mas de lo normal, bailo, si puedo tirarme al piso, no lo dudo. Me encanta oler cosas tambien, los volantes que me dan en la calle, bolsas, un jugo antes de tomarlo. Cuando veo a persona que me llama la atención, largo el aire, mantengo mi no-respiracion y cuando pasa me lleno los pulmones de su olor. La mayoría de las veces no me equivoco y dicha persona huele bien. Me gusta escribir sin mirar el monitor. Como si hablara sólo conmigo misma. Me gusta saludar a bebés por la calle, y ser parte del mundo ameno que ellos perciben. Me gusta acariciar a un perro que no conozco y tener 5 minutos de diversión mutua tirándole un palo en un parque. Me gusta flexionar las piernas cuando me termino de bañar para que me suenen los tobillos. Me gusta quedarme mirándome en el espejo antes de vestirme. Me gusta olerme el pelo. Me gusta ir a ver ropa y buscar texturas que me produzcan placer al tocarlas. Me gusta ver arte en internet e imaginar como decoraría mi pequeño cuartito de expresión, si lo tuviera, para cuando lo tenga. Lo llenaría de fotos, pinturas, pintaría las paredes con unos garabatos amarillos y un fondo naranja o verde. Me gusta el color azul porque es melancólico y profundo. Y la gente piensa que es apagado, pero no, es hermoso. Me gusta el sonido del lavarropas mientras duermo la siesta, me relaja. Me gustan las combinaciones que hago con la ropa de dormir, un camisón con una remera arriba, con unos pantalones, con unas medias superpuestas. Me gusta bailar desarreglada. Me gusta imaginar. Me gusta hacer papelitos con cualquier cosa que tenga en la mano, cualquier papel o volante, o tarjeta. Me gustan los pisos de madera. Me gusta girar en la góndola de papel higiénico de coto, siempre pasan música inspiradora y no suele haber nadie, y si llegara a golpearme, las paredes son muy acolchonadas. Me gusta estar hablando normalmente con mi hermana, de repente ponerme seria, e improvisar un drama ficticio que las dos sabemos que es mentira. Me gusta hacerme la que lloro delante del espejo. Me gusta el drama. Me gustan las hamacas. Me gustan las cosas destartaladas. Me gusta mi pasillo despintado que revela tres manos de diferentes pinturas. Me gustan las cosas oxidadas, olvidadas. Las encuentro bellas. Me gusta que la temperatura de las piedras sea mas fría que la del resto del ambiente. Me gusta tocar cosas. Me gusta apoyar las muñecas sobre la mesa porque se siente intenso y nosé si alguien alguna vez me entenderá. Me gusta tomar impulso y saltar apoyando las manos en mi cama y levantando las piernas. Me gusta el invierno porque llevo mi campera negra larguísima que me hace sentir resguardada del frío, y el frío también lo siento en el alma. Por eso me gusta tomar cosas calentitas y ofrecerle a los demás, como símbolo de hacer un mimo. Me gusta apoyarme contra la pared de mi patio y hacer movimientos con la consigna de no despegarme de la pared aunque sólo haya un dedo de contacto. Me gusta agarrarme el último asiento del bondi y poner los pies sobre la paredcita que separa los escalones de la salida, y apoyar la frente en la ventana fría que vibra. Me gusta saltar, a veces salto sin ninguna consigna, sólo llevar las rodillas a mi pecho y llegar lo mas alto que pueda, y me gusta hacerlo. Me gusta que se me vean los hombros y el cuello, por eso busco remeras acorde. Una vez olí un jazmín y no pude resistir la tentación de llevarme un petalo a la boca y masticarlo, me gustó cómo sabía. Me gusta observar a las hormigas hacer su recorrido, son increíbles, ellas sólo van. Me gusta hacerme la dormida cuando me despiertan y poner cara de tierna para que me hagan mimos. Soy acumuladora de bolsas y lo agradezco cuando necesito una bolsa y tengo muchas opciones para elegir la apropiada. Me gusta pasar por los mismos lugares y cruzarme con los mismos vendedores callejeros, ya sé que están ahí y por alguna razón los busco con la mirada, quiero encontrarlos, me divierte. Me gusta ponerme en puntitas de pie mientras aprieto el botón del baño. A veces me gusta sentir un poco de frío porque me siento más la piel. Amo las patitas de los animales, sobre todo las de los gatos, me las comería a mordiscos. Cuando veo algo que me gusta me dan ganas de llevármelo a la boca, aunque suene obsceno. Debe ser de lo más instintivo que tengo. Me gusta hablar de lo que me gusta. Me gusta escupir información de mí de la nada, por eso me hice este blog. Descubrí que está bueno abrirse. Me gusta la sensación de cuando cruzas un límite y querés seguir más y más. Aunque pueda terminar en cualquier cosa. Me gusta imaginarme que me voy al carajo en cualquier sentido. Que me corto el pelo más y más. Por el simple hecho de que ya no me da miedo hacerlo. Y sin miedo soy invencible. Me gusta jugar a quedarme parada, inmóvil, e irme cayendo, y reaccionar a último momento (un día de estos me voy a pegar alto palo). La flasheo mucho con el pelo. Me armo altas coreografías llenas de todos los contenidos que mi mente pueda explorar, algunas las ejecuto, otras las olvido.. Me gusta que en este momento la luz le está dando al teclado de manera tal que hay una sombra entre tecla y tecla, y que a medida que voy escribiendo la sombra de mi mano se mueve sobre ellas. Queda muy pintoresco. Aparte hace contraste con la mesa de la compu que es marrón tirando a rojo y el teclado es gris claro. Me parece muy sensual fumar, aunque yo no fumo para cuidar mi salud. Es un acto de seducción pura al mostrar las muñecas sosteniendo el cigarrillo, llevartelo a la boca y hacer una mueca con los cachetes para absorber el humo. Es muy provocativo, sobre todo en mujeres. Me gustan las mujeres y me alegro de ser mujer. Tuve que hacer una pausa después de escribir eso, pero retomé para decir que me gustan los lunares en la cara. Me gusta bailar con los ojos cerrados, tirada en el piso, siendo el piso mi único contacto y moviéndome lento y como yo quiero, retorciendome en todas las direcciones y girando, y rodando... imagino a mis extremidades como puntas que se juntan, se encuentran y se desencuentran. Es una de las cosas que más me gusta hacer, diría. Me gusta emocionarme con canciones y mi mente vuela. Me gusta la sensación del pasto en mi piel, aunque después me pique. Me sorprendo al ver fotografías artísticas que expresen cosas inquietantes que nunca había imaginado. Me gusta lo bizarro, debo admitirlo. Me gusta el concepto locura, mas allá de lo sano o insano, Locura me suena muy agradable. Me tranquiliza pensar que todo tiene un ciclo y saberme parte del aprendizaje de los demás. Saber que dejo una huella en algún lado. Me gusta ponerme en lugares nuevos e inexplorados de mi casa y observar cómo se ve todo desde ahí. Una experiencia muy buena fue estando yo arriba de la mesa del comedor, si hacía un mal movimiento podía caer, pero se veía todo nuevo. Era una fragilidad hermosa. Estando yo en el centro, entregándole mi peso a la mesa y ésta al piso a través de una única pata en el centro, estábamos en equilibrio. Todo era amable si nadie se exaltaba. Fue una sensación linda. Me gusta admirar, sentirme pequeña ante tanta existencia y a la vez saber que hay un mundo adentro mío.