sábado, 30 de junio de 2012

Me hago la boluda

Cuándo vas a empezar de cero
pararte en tus pies, los verdaderos
es mas fácil pasar las horas haciendo equilibrios pedorros
practicando giros que ya te salen, viva
y que de tanto repetirlos te olvidaste como hacerlos bien
por lo tanto ahora no te salen más.

domingo, 10 de junio de 2012

Anécdota tortística

Estába yo, en un boliche de minas tortas. Con un grupo desconocido de lesbianas (bastante lindas todas) de las cuales ninguna me dirigía la palabra . No tengo el don de la elocuencia al hablar frente a extraños ni me destaco por mi espontaneidad ni mi "onda". Chúpenla.

Por lo general en la fila de los boliches estoy callada  y temblando de frio como una pelotuda. Mi destape sucede dentro de la disco. Entro al baño, me saco la campera, el pulover, las calzas.. me acomodo el vestido que llevo abajo y salgo al mundo pisando fuerte. Me pido un trago. Tomo un poco, bailo sosteniendo el trago con toda la sensualidad que me aflora.. empiezo a sentir la música. Y ya estoy en mi salsa.

Soy independiente, me voy un rato a bailar por acá, otro por allá.. bautizo la pista. Sé que atraigo miradas pero no miro a nadie. Me junto con mis amigas y el grupo de pibas. Qué buena canción suena, nose cuál es y se que tampoco la recordaré pero alzo los brazos y miro al techo. Placer.

Cada tanto le hecho un vistazo a la piba con flequillito que vino con su amigo gay. Soy una cagona total, qué hago? La tìpica, me acerco al amigo y le saco conversación.. le propongo ir a dar una vuelta porque, independientemente de su amiga, él me cae muy bien. Quiero que casualmente empecemos a hablar los tres y conocerla para evaluar "qué onda". El flaco le dice que venga con nosotros, nos movemos los tres en fila, yo camino detrás de ella con una mano en su espalda baja hasta que llegamos a la barra. El amigo "se va a buscar plata". ¿Será cierto? ¿Nos estará dejando solas? Si es la situación que yo presiento, y debido a su chonguez, debería avanzar ella.. pero no me sigue el intento de conversación, no me mira, nada.. y el amigo vuelve. Seguro que fue un flash mío pensar que yo le gustaba, por ahí soy demasiado femenina y no sólo no le gusto, sino que además le parezco una gila por esto que te venía contando: calladita, tímida, reservada. Volvemos a la base de operaciones del grupete (ese círculo de amigos bailando alrededor de las camperas tiradas en el piso).

Chusmeo el ambiente, el 90% son mujeres y de ese porcentaje la mitad son viejas para mis expectativas. Voy al baño con una amiga, en el camino otra de las integrantes del grupo me aborda: "Vas al baño?", respondo: "Voy a tomar un poco de agua". Cuando salgo está en la puerta, me aparta y me pregunta si me gusta la chica de flequillo. Detesto los arreglos de ese tipo, pienso que si dos personas tienen onda, la situación tiene que surgir de ellas mismas, o a lo sumo mediante una pequeña presentación de un tercero. Ese 'le das?' me remite a mi épocas de matiné, donde el principal objetivo de la noche era anotar goles y comerse al mas partible. Le pregunto porqué quiere saberlo, y me insiste para que le conteste. Entre tanta interacción la situación se va desvirtuando. Ahora estoy yo contra la pared y ella acariciándome las piernas.. ya no me pide que le conteste si me gusta la otra, ahora me pide un beso. Se lo niego. La de flequillo es mi presa esta noche y debe andar por algún lugar. No es mi estilo comerme a las dos, sobre todo cuando quiero conocer a una de ellas. Pero estas caricias me seducen y me tientan, le rozo una de sus piernas con la mía. Ella ya venía muy acelerada y no se copa en el juego del histeriqueo gradual (delicioso a mi pensar), quiere pasar a los hechos sin más. Me tira la boca sin dudarlo. Se la corro, le saco conversación mientras la miro, qué ojazos tiene! tiene rasgos felinos, una cara muy interesante mezclada con una chonguitud de tortita declarada. No puede bajar un cambio y se me abalanza al cuello, me muerde un poquito. No se si lo hizo de atolondrada o intencionalmente, pero me gustó. Me gustó para dentro de un rato. Ahora no puedo igualar su nivel de desesperación, asique la saco y le digo que volvamos. Me retiene. Yo quiero volver y al mismo tiempo me quiero quedar, pero no en estas condiciones. Le charlo, le bailo, la histeriqueo.. parece que hace un esfuerzo muy grande en tratar de hablar conmigo, que es toda impulso y cada tanto no puede contenerse y zaz!. Me agarra decididamente la cara para besarme. Yo la intento esquivar pero esta vez me agarra fuerte enserio. Okey. Reconozco la calentura que me produce, pero si se calmara un poco podríamos entendernos mejor. Le acaricio los costados de la cabeza donde tiene rapadito, me dice que la mata que le hagan eso. Me doy cuenta que la estoy volviendo loquita con tantas vueltas. Le explico que si sigue acariciandome así no puedo evitar histeriquearla pero no le voy a dar un beso. Asumo mi maldad ante ella y le doy la opción de que volvamos ya que la cosa no va a pasar de ahí. Negociamos que yo le doy mi face y volvemos.

Una vez entre la gente ubico a la piba de flequillo, ¿habrá sido ella la que le dijo a la anterior que me venga a preguntar?. Pero está bailando lo mas copada con otras pibas.. andá a saber si me vió con la de los ojos gatunos y flasheó que me la comí. Me quedaría sin el pan y sin la torta.. muy inteligente de mi parte eehh!. Ahí fue cuando mi amiga alcoholizada entró en acción sin mi consentimiento (ni mi conocimiento). Algo le dijo la muy atrevida, para que la piba me agarre la mano y me jale hacia ella. Literalmente, noté cierta tosquedad en su accionar. Si me quejaba de que la otra era muy directa, con esta íbamos peor.. no bailamos ni dos estrofas de la canción y ya me quería encajar un sobe. Así, a lo arrebatado. Pará pará pará. Bajemos tres cambios. Le pido que me acompañe a buscar agua a la barra (los barmans son unos genios). Y de ahora en más tengo una nebulosa que creo que tiene que ver con uno de mis tantos mecanismos de defensa. No es muy difícil de imaginar cómo la piba detecto miedo en mí y comenzó a aplicarme una suerte de psicología pedorra del tipo "si a entonces b, c entonces d". Me acuerdo que me vi obligada a confesarle que las cosas directas me intimidaban y que estaba decepcionada de la incapacidad de las tortas para ser tiernas en un boliche y entablar conversaciones. Me respondió que su intención siempre era dar un beso sin poner incómoda a la otra persona y agregó: "Pero nosotras ya estamos hablando, te quiero dar un beso y me corres la cara ¿porqué?". Otra vez me vuelve a arrancar información sobre inexperiencia en minas, tiempos necesarios y demases. No creo que la haya sabido interpretar porque a cada cosa que yo decía ella usaba el mismo recurso: "Pero, el miedo.. ¿cuál es?". Todo dicho con cara seria, no esbozaba una sonrisa ni en pedo. Me estaba empezando a hacer sentir realmente una pelotuda. Por suerte la conversación derivó en otras cosas.. hablamos de a qué nos dedicábamos, me contó de su ex.. y eso me enterneció. Ajá! Asique detrás de esa fachada de superada hay un ser sensible que sabe qué es lo lindo de la vida, una persona que supo jugársela, se enamoró, sufrió y siguió adelante con dignidad. Ahora es otra la historia. Estamos charlando y se sienta en el brazo de un sillón.. me arrimo para sentarme yo también y ella se corre rápidamente para hacerme un lugarcito. Estamos tan cerca, hablando, interactuando, me hago más sensible a su belleza. Es de contextura mediana tirando a grande, tiene brazos lindos y rellenitos, lo mismo las piernas. Pienso en lo bueno que estaría sentir ese cuerpo junto al mio (Sí, así de mersa, se lo aguantan!). El labio inferior de su boca es carnoso, como para mordisquearlo y succionarlo de lo lindo. Ñam ñam. Me deslizo por el brazo del  sillón hasta caer en el lugar que es para sentarse. Yo le hago una invitación tácita a acomodarse a mi lado. Hablamos cada vez más cerca y le pregunto cómo sería un beso tierno para ella. Mmmm qué lindo beso. Nos quedamos un rato a los besos y me tuve que ir justo cuando se estaba poniendo bueno. Le pasé mi face y me despedí.

Volvimos a lo de mi amiga, parece que tomé mas de lo que me frágil cuerpecito soporta. Quiero vomitar en la calle pero no sale nada. Entramos, me siento en un sillón. La imagen de la primera piba tocandome me da vueltas en la cabeza, me calienta. Y la imagen última piba me perturba. Estoy agitada, respiro profundo. Es peor porque me hiperventilo. Mejor voy a tratar de respirar normal para mandarle señales al cuerpo de que esta todo okey. Chupé, tomé agua, hice pis, bastante pis. Tranquila, estás limpia. Sacaste el alcohol de tu cuerpo. Sólo resta recomponerse. Quiero que pase rápido, me siento impotente en esta situación y sé que no puedo escaparle, es lo que me toca vivir ahora.
Siento que aún estoy bailando, que estoy siendo acariciada, cuestionada, estimulada. Que aún estoy emborrachándome, que mi cabeza gira, todavía estoy ahí. De nuevo siento el estómago revuelto. Voy al baño, tengo que vomitar para terminar con esto. Tomo coraje y me meto los dedos en la garganta tan profundo como soporto. Qué asco, esto de acá debe ser la epiglotis. Empiezo a convulsionarme, dale salí de una vez, me molesta que te muevas dentro mío. Logro expulsar algo. Aprieto el botón. Vuelvo al sillón donde está mi amiga cuidándome. Me disculpo por tercera vez por el garrón que se está comiendo.
Estoy muy cansada. Llamo a un taxi y me vuelvo a casa.

viernes, 1 de junio de 2012

Hoy en la calle caminé riendo todo el recorrido hasta danza, y lo mismo de vuelta a casa. Entre tendues y degages me sorprendí varias veces con una mueca idiota al evocar tu combinación encantadora de ternura y sugestión. Recreaba tus frases que me dejaron gratamente acorralada y mis respuestas que elaboré con las pocas neuronas que siguieron funcionando. Me sorprendiste esta vez. Qué bien queda el término "chiquita hermosa" en vos.

Así están las cosas, país, y se las hemos contado.

Cambio y fuera.