martes, 15 de mayo de 2012

Mentime despacio, servime otra copa

Esta era sin duda la mejor forma para que me dejes, en un bar triste, con alcohol berreta que quema la garganta y rock viejo de fondo.

Me tuviste como quisiste. Lograste lo que nadie venía logrando. Sí, ya me habías contado que te divertían los desafíos. Hoy recordé cuando jugabamos a las preguntas y respuestas. Yo pregunté qué pensabas que tenía que haber en una relación para que sea verdadera y satisfactoria. Respondiste: "Además del sexo que es importantísimo, por supuesto, yo pienso que si una de las personas está insegura, la otra le tiene que dar la seguridad que le falta". Vendedor nato, cualidad muy tuya. Así me ibas seduciendo y llevando para donde vos querías. Y yo te seguía, porque tenía ganas de sentir. Porque en vos confiaba.

Aquel miércoles a la noche me contaste que querías verme y arreglamos algo en el momento. Los dos ya sabíamos qué estaba pasando, o mejor dicho, qué estaba a punto de pasar. No me pinté para vos. No te mostré mis piernas con una mini pollerita, ni te dejé fantasear a través de mi escote.  Me tocaste timbre. Te saludé con un beso en el cachete y activamos el modo "hablar de pelotudeces para posponer el momento incómodo". Que la danza, que la facultad, que las vacaciones. Sonrreíamos, hasta hubo risas.. se sentía ameno, considerado de ambas partes.. al menos nos preocupabamos por suavizar el mal trago que se acercaba.

El único bar abierto era ese pool de mierda pero que siempre está disponible, nos es familiar y está lleno de historias. Nos sentamos frente a frente. El momento de hablar había llegado y en aquel entonces era ridículo seguir haciendonos los boludos. Mi cara de decepción lo decía todo. Yo tenía la mirada perdida por sobre tu hombro. Vos mirabas para abajo. Ese comportamiento fue característico tuyo toda la noche.

"Lo que te quería decir es que, no me parece que nosotros tendríamos que seguir saliendo, no está bien, no es lo correcto. No quiero que nadie salga lastimado". Silencio de los dos. Pero no era un silencio compartido. El tuyo estaba compuesto por culpas y moralidades. El mío era un silencio fiel al vacío que tenía por dentro. Y no tenia la mas mínima intención de romperlo. Vos pronunciaste esas palabras, vos te la bancás. Vos te bancás la tristeza en mi cara, mis ganas de no responderte, la responsabilidad de llevar la situación.

Y esa fue mi respuesta, el silencio, seguido de un "Está bien". "Decime algo.. decime que pensas, que soy un pelotudo, puteame si querés". No quise decirte nada de eso. Entré en un estado de incapacidad, de "nada para decir". No tengo nada en la mente, no tengo ganas de hablar, no quiero darte el gusto de hablarte, no puedo moverme hacia ningún lado. No puedo definir lo que siento, porque me acabo de quedar vacía y no tengo nada para vos, nisiquiera tengo elementos para hacerte la devolución que tanto esperas. Se ve que te diste cuenta, porque dijiste: "Hagamos una cosa.. no tenés porqué decirme nada hoy. Si querés nos podemos volver a juntar y te acompaño a tu casa". Imbécil. ¿Cuándo vas a parar de ser tan caballero?

Me fuí al baño. Una amiga del otro lado del teléfono estaba esperando mi llamado. Le conté sobre mi parálisis emocional y me aconsejó que escupa todo lo que tenga, que no me guarde nada.
Volví a la mesa, cuando me viste llegar reacomodaste tu postura, en un gesto atento. Me preguntaste si estaba bien. Contesté que sí. "¿Qué querés hacer? ¿Te acompaño a tu casa o pedimos algo para tomar y hablamos?". Era de mutuo entendimiento que el alcohol funcionaría para desatarnos la lengua. En realidad, el alcohol siempre estaba presente en nuestras salidas nocturnas y era un lubricante para soltarnos y generar nuestra calentura. Por lo tanto accedí.

Podrías haber llamado a la camarera para que lo traiga a la mesa, pero era tal el momento incómodo que optaste por levantarte e irlo a buscar. Y lo entiendo. Siendo chabón, ¿cómo zafas? "Esperame que voy al baño y vengo". Ese recurso es de mina.

El sex on the beach fue bajando y los silencios se empezaron a poblar de palabras. Un poco tímidas al principio. Vos te agarrabas la cabeza y mirabas para abajo cuando te hablaba, eso me generaba la imagen mental de un nene que estaba recibiendo un reto.

Yo: "Cortas la relación pensando en no lastimar a todas las personas que están afuera de esto, y lo que menos te importa es la persona con la que tenés la relación".

Él: "Hago lo que puedo, no es por vos. Es que yo no me siento bien saliendo con la amiga de mi ex. Me está yendo mal en la facultad, no me puedo concentrar. Es algo que no corresponde. Imaginate que yo cortara con vos y vos te pusieras a salir con Marcos. No estaría bien. No es apropiado". Esa última frase me quedó resonando en la cabeza por meses.

Yo: "No es apropiado? No te parece que te diste cuenta un poco tarde?".

Él: "Sí, por eso ahora quiero remediar lo que hice".

Yo: "Ajam. querés remediar el error, Y el error vendría a ser yo".

Él: "No es eso lo que estoy diciendo".

Yo: "¿Para qué te pusiste en una relación conmigo?".

Él: "Porque me gustabas, me gustás, quería conocerte".

Yo: "Y ahora que me conoces y te diste cuenta de que no soy tu ex se te desarmaron tus esquemas".

Él: "Eh? qué decís? yo no me puse con vos esperando que seas como era ella".

Yo: "No me jodas. Estás terminando la relación conmigo por motivos ajenos a mí o algo 'nuestro', si es que eso existe..".

Él: "Se ve que no entendés lo que te estoy diciendo. Si pensar eso te hace sentir mejor y te conforma.. adelante, pensalo".

Yo: "Lo único que te pido es que te hagas cargo de lo que te pasa y no me metas un verso estúpido de que estás mal en la facultad y de la moral. La moral te tendría que chupar un huevo. Lo hacés porque seguis enganchado con ella. Aunque tu orgullo no te deje admitirlo. Quisiste olvidarte estando conmigo y como no funcionó no lo pudiste sostener mucho tiempo más, y ahora te cagás en lo que generaste. No te hubieras hecho el enganchado"

Él: "En primer lugar, no sigo enganchado con ella. Ella fue muy importante para mi y te lo conté varias veces. Pero también te conté que yo la dejé atrás. No se si de eso también te acordás o entendiste lo que quisiste. Y yo salí con vos porque quería conocerte"

Yo: "Y se ve que lo que conociste de mí no te conformó"

Él: "No es eso, no es por vos"

Yo: "¿Con quién estabas saliendo? Conmigo. Está bien, dejemos el tema de tu ex. Y decime algo de mí. Decime que terminás la relación por algo referido a nosotros y no algo ajeno, porque sino es obvio que esta relación siempre te chupo un huevo"

Él: "Si vos me chuparas un huevo, no hubieramos llegado a la segunda salida"

Yo: "¿Nada más tenés para decir?"

Él: "No sé qué querés que te diga. Lo que tengo para decir no es válido para vos. Te estoy diciendo que quiero terminar porque estoy mal en muchos sentidos"

Yo: "Ok, y eso qué tiene que ver conmigo?"

Él: "Nada, ya te lo dije, no es por vos. No quiero lastimar a nadie"

Yo: "A nadie excepto a mí. Listo, ¿sabés que? Yo hubiera seguido. Evidentemente vos no buscabas estar conmigo sino alguna otra cosa que no pudiste conseguir. Lo único que lamento es que te hayas hecho el enganchado"

Él: "Pará, porque yo nunca te pedí matrimonio"

Yo: "No estoy hablando de eso. Estoy hablando de que se nota que no podes decir una sola cosa referida a mí en toda esta historia. Lo cual deja ver que de verdad no tengo nada que ver con esto, porque tu cabeza estaba en otro lado y nunca me pudiste ver realmente"

Él: "Si eso fuera así, lo nuestro no hubiese llegado a la segunda salida, ya te lo dije"

Yo: "Dale con eso. Es todo lo que tenés para decir referido a mí"


Llega un punto en la discusión en el que es inútil seguir hablando porque a mi no me importa nada de lo que tengas para decir, a no ser que yo esté incluida en eso. Y vos no podés hacerte cargo de lo que fue nuestra relación sin mirar para afuera.

Ahora que las aguas se calmaron, y tengo el alcohol corriendo por mi torrente sanguíneo, sólo puedo mirar la situación. Hay una rocola tirando música de la renga. Se escuchan gritos de festejo de los fisuras que juegan al pool. Miro al personal de la barra y me da tranquilidad saber que hay alguien sobrio esta noche. Parecen sentirse a gusto conversando entre ellos. Puedo imaginar que cuando se hagan las seis van a cerrar todo, algunos se irán para el mismo lado. Algún otro se irá para lo de la novia, y tal vez haya alguien que se vaya solo a su casa, salude a su perro y se heche a dormir. Y sin darme cuenta me empiezo a sentir a gusto en esa secuencia de alcohol, ruidos, e historias. Me doy cuenta de que soy parte del ecosistema de la noche. Me siento decepcionada, siento tanta decepción que me acuerdo de amigos que pasaron por situaciones similares, y ahora los entiendo mejor. Agradezco estar en este lugar, en este estado, pero con la seguridad de que estás vos cuidándome.

Vuelvo los ojos hacia vos y reparo en que tu cabeza rapada hace que tu espalda parezca más grande. Tenés puesta la remera que me gusta. Qué lindo que estás. Pareciera que ya no estoy en un bar para que me cortes, sino que simplemente estoy compartiendo este trago con vos. ¿Sentirás lo mismo?. Ya que esto se termina, al menos me podrías dar un último beso, no?.

Alguno dice algo que corta el silencio, nos ponemos a hablar de cualquier cosa, yo me toco el cuello en uno de mis últimos intentos por seducirte. ¿Porqué lo hago? Qué me importa. Hoy no pienso más, hago lo que me sale. Y ahora me sale decirte lo decepcionada que estoy, otra vez bajas la mirada. Pero no entendés que no te estoy atacando, que sólo estoy contándote lo que siento. Estamos acá y me gustaría compartir con vos lo mierda que es esta situación. Tu reacción me recuerda que no sos el tipo de persona con la cual filosofar, que te sentís como un soldado que falló en una misión. La misión era olvidar a tu ex y hacer "las cosas bien". Y ahora lo estás pagando con tu cabeza gacha. Así de cuadrado sos y no dejás entrar nada de lo que este ambiente vulgar tiene para darnos.

Nos levantamos para irnos. Estoy un poco mareada y te pido que esperemos un rato en la puerta. Me sale hablarte de sexo.

Yo: "Menos mal que terminó acá. Te imaginás si hubiésemos cogido?"

Él: "Justamente quería cortar antes de que la cosa pase a mayores"

Ya es la madrugada y refrescó, soy muy sensible al frío y casi siempre tiemblo. Vamos caminando hacia mi casa, hay un cuerpo y medio de distancia entre nosotros. (¿Será ese el espacio que ocupa tu ex?). Me cruzo de brazos agarrándome los codos.

Él: "¿Tenés frío?".

Si te dijera que sí, ¿qué harías?. ¿Te daría la cara para abrazarme?. ¿Tendrías un dilema entre responsabilidad inmediata y moral y te explotaría la cabeza?.

Yo: "No. ..perdón, ¿qué me dijiste?"

Él: "Si tenés frio.."

Yo: "Ahh, si, un poco". Me alejo al percibir tu ademán de abrazarme como solías hacerlo. Mi cuerpo friolento se priva de tus brazos calientes. Sos de esas personas que aunque hagan cinco grados bajo cero, nadie sabe porqué pero siempre tienen el cuerpo calentito. Sos casi una invitación para gente con sangre de reptil como yo.

Llegamos a la puerta. Hoy no me quedo jugando con las llaves y mirándote. Doy por terminada la época de apretar en los zaguanes. Abro, te saludo con el beso en el cachete más seco que me salió. Quiero dejar en evidencia mi intención de no esperar otro tipo de despedida de vos. Pero cuando me estoy alejando, me abrazás. Un abrazo largo y sentido. Gracias. No hubiese podido hacerlo yo.

Entro y me quedo espiando tu silueta a través del reflejo de un vidrio.
Después de unos minutos, te vas.

2 comentarios:

  1. El des-amor es así, siempre pasa en lugares donde la mierda es tanta que uno llega a sentirse cómodo.

    ResponderEliminar
  2. Es largo. Tan largo que cuando caí acá pensé que no iba a terminar de leerlo. Pero me atrapó la historia y tu manera de escribir.
    Igual, tuve la ilusión de que el final sea otro hasta el último momento.
    Un saludito :)

    ResponderEliminar